miércoles, 16 de octubre de 2013

El estado Beta permanente.


Tal como sucede en cada visita a un aeropuerto, adquiero algún libro que me ayuda a convertir en útiles las horas que debo habitar en el mismo. En general la compra es como un random, donde el apuro en la adquisición autoriza a adquirir material que no se eligiría de sobrar tiempo para la elección.
En la última oportunidad, la suerte me guió hasta el best seller del fundador de Linkedin, Reid Hoffman. Como toda obra escrita por un hombre exitoso de negocios, que intenta demostrar humildad exhibiendo la sencillez con la que se puede alcanzar el éxito en el mundo empresarial, hace incapíe en un punto fundamental: La necesidad de llevar nuestras carreras personales en estado Beta permanente.
Tal concepto de Beta permanente, en los países latinoamericanos especialmente, con incertidumbres económicas constantes, es fundamental como concepto guía de nuestro devenir profesional.
El poder de adaptación que debemos tener, aunque vayamos alcanzado objetivos propuestos, debe ser constante. Un plan y una metodología que funciona hoy, mañana puede ser fatal para nuestras aspiraciones. En este punto es fundamental manejar nuestro orgullo. Reiteradas veces solemos mantener posiciones por el solo fin de demostrar que no nos equivocamos, no entendemos que las resoluciones adoptadas en tiempos pretéritos oportunamente eran pertinentes, pero la realidad contemporánea las indican como erróneas.
Hoffman sostiene que tres pilares deben tenerse en cuenta en nuestra carrera profesional: Activos (tangibles e intangibles), aspiraciones y realidad del mercado. Ninguno de los tres puntos deben ser descuidados y nuestra flexibilidad y adaptabilidad deben estar siempre alertas.
Ser innovador requiere curiosidad constante, un estado de conmoción que nos permita ver nuevos horizontes a cada momento de nuestras vidas. No permite la relajación bajo ningún aspecto.
No nos descuidemos, el no crecer un día puede ser el inicio de un estancamiento que puede ser muy difícil de salir y frente a nuestro ojos puede estar una oportunidad que no podemos ni debemos dejar escapar.


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